Sunday, March 06, 2005

Sin respuesta razonable.

En esto de la poesia, me acuerdo que hace algunos anos, de tanto leer aqui y alla, y de tanto pensar, saque la conclusion de que en definitiva las principales interrogaciones que se hace el ser humano son: porque y para que existimos. Porque existo yo, porque existe una hormiga y una piedra, porque existe el sol, porque existe el universo? Para que? Cual es el proposito de la existencia? En torno de esto creo que gira toda la poesia. De una manera o de otra, veladamente con otras palabras, viene a centrarse en esto la angustia de ser.
Elsa Lasker Schuller, la alemana que yo creia que habia muerto joven, pero que llego a los sesenta y nueve anos, siendo del pueblo de Israel, de familia acaudalada, fue una joven rebelde que a ciegas siguio su destino. Enajenada de los suyos y de Alemania, exploro la poesia, y al final se fue de pionera al Jerusalem de los ingleses, en busca de la patria que tal vez habia visto desde nina en un cuadro con cupulas en las paredes de su casa. Entonces escribio su ultimo libro de poesia, que fue "Mi Piano Azul". No se porque el poema de ese nombre me parecio que condensaba todos sus anos y a ella misma, Elsa Lasker Schuller, con toda su angustia y sus busquedas. Luego en esa Jerusalem mitica y extrana, sin casa, sin familia, se fue muriendo de cansancio, de soledad y de hambre, hasta que en 1944 la sepultaron en el Monte de los Olivos.
Su poema comienza: "Tengo en mi casa un piano azul", cuando que ni tenia casa, ni piano. Cuando solo comeria los amargos mendrugos de pan que le darian. Leo las palabras del poema una a una, y voy intuyendo la desesperacion del ser humano al no entender esta existencia pasajera.
Asi tambien Jose Tereso de Jesus, ese muchacho poeta del desierto de San Luis Potosi, en la altiplanicie mexicana, hace veinte anos escribia: "A donde voy?, Quien soy?, - Preguntas que diariamente me reflejan. - Se lo que valgo y sin sentir me resisto - Como la hiena que caza de rato en rato, - Como la hiena que caza de rato - en rato..." Y yo pienso: pero que tienen que ver las hienas de Africa con el desierto de San Luis Potosi? Lo normal de la hiena es alimentarse de carrona, pero es cierto que ella se resiste cazando de rato en rato. En esa frase que suena como estribillo o coro, se condensan las interrogantes, porque en ultimo analisis no salimos mejor librados que la hiena, convertidos en carrona, en huesos y en polvo que levantan los remolinos del desierto.
Y Elsa Lasker Schuller, rebelde, huyendo de si misma con un piano azul a cuestas, de pueblo en pueblo, hasta caer en su Jerusalem imaginada, reducida a palabras escritas y a huesos en aquella ladera del Monte de los Olivos. Tal es la existencia, tales la interrogaciones. Yo me quedo todavia discurriendo: Un piano azul? He visto pianos negros, cafes, hasta uno blanco, pero, Azul?
En la libreria donde compre el libro "Poesia Tedescha del Novecento", en el que encontre a Elsa, vi un librito en espanol llamado "Archipielago", editado en 1984 en Estocolmo, Suecia, por el uruguayo Sergio Altesor, y al hojearlo me dije: este tambien me lo llevo, solo por un poema que comienza: "En un cafe-concierto de Coyoacan te he visto - tocando el piano - tocando el piano - linda..."
De seguro este Sergio al pasar por la ciudad de Mexico, fue a dar a ese cafe de Coyoacan y entro a tomarse un ron cuando ella estaba tocando el piano. Tiempo despues se encuentra en Suecia, en esa marana de islas, archipielago, que es Estocolmo, y en una tarde neblinosa del invierno se pone a escribir este poema a "La Pianista de un Cafe de Coyoacan", rememorando a esa mujer y a otra que debe de haber dejado mas atras, y trata de hacerlas una sola, sin lograrlo estando sobrio. Tal vez es un ensimismado que no ha podido encontrar otro amor y se agarra de aquel recuerdo pasajero de una pianista con la que no cruzo palabra en Coyoacan
"y yo que habia pensado que era muerta tu imagen,
que ninguna mujer
ninguna pianista en un cafe de Coyoacan
se pareceria ni remotamente a vos..."
Pero dentro de toda esta palabreria es otra vez lo mismo: el ser humano angustiado, que a veces se averguenza de decir la verdad y la disfraza, adolorido de su propia existencia y de la existencia que esta fuera de el. Cuando salen sobrando las preguntas, da lo mismo decir: "Tengo en mi casa un piano azul, aunque no conozco las notas", o "Como la hiena que caza de rato en rato" o "En un cafe-concierto de Coyoacan te he visto - tocando el piano - tocando el piano - linda...."

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